Publicado en Webislam
Si bien el objetivo de la política partidarista es la toma del poder, hoy es el momento de considerar ¿Cómo gobernar con eficiencia?
En la Prensa Gráfica del sábado 2 de de Mayo de 2009 en la página correspondiente a Transición 2009 Presidencial, se lee la participación del presidente electo Mauricio Funes durante la celebración del 1° de Mayo. Como a veces los titulares son distorsionados y los conceptos modificados, me referiré en gran medida a conceptos textuales, entre comillas, para evitar ser parte, aunque involuntaria, de esa ola de chambres, dimes y diretes que se están oyendo por doquier y que crean confusión.
Según dicho rotativo, Funes denunció que hay grupos de la derecha que están “asustados” por su triunfo, por lo que están queriendo dividir a la izquierda “atentando contra la unidad de la izquierda”, y luego continuaba “ poniendo en duda mi afinidad o lealtad con el pueblo trabajador y con todos aquellos que le apostaron al proyecto de cambio”, Y más adelante agregaba: “El pueblo votó por el cambio y ese cambio es el que voy a construir junto al FMLN y a ustedes”, señaló Funes.
No hay duda de que si el cambio fue la bandera política, la unidad en el proceso tiene que ser la tónica a seguir. La campaña electoral del FMLN y Mauricio Funes fue espectacular y debido a eso fue posible al fin vencer la maquinaria electoral de ARENA, que disponía además del poder real y del apoyo gubernamental. Pero hubo unidad en la lucha y esa es la única forma de incrementar las fuerzas. La Física nos enseña que la resultante de las fuerzas se incrementa cuando éstas van en la misma dirección o al menos, son ambas convergentes.
La unión de Mauricio Funes, un candidato carismático, con 21 años de ejercicio periodístico ejemplar y alta popularidad; a la par del FMLN, un partido emblemático, de lucha popular permanente y de amplia credibilidad en grandes sectores de la población, se unieron simbióticamente. Ambos ganaron. El Frente no hubiera ganado sin Mauricio, pero tampoco Mauricio hubiera ganado sin el Frente. Esta unidad electoral provechosa, tiene que continuar a la hora de gobernar.
Si bien el objetivo de la política partidarista es la toma del poder, hoy es el momento de considerar ¿Cómo gobernar con eficiencia?
Dado el frágil equilibrio en que nos encontramos; las condiciones críticas de todo tipo; los problemas acumulados y nuestra condición de país que ha dejado de ser tercermundista, para caer precipitadamente en el 4° mundo, o quizás incluso en el quinto (al menos esto último, para amplios sectores de nuestra población); la delincuencia organizada, la polarización generalizada y la crisis mundial; un Gobierno sólo (cualquiera que sea), fracasará en encontrar la solución a la problemática nacional…
Sólo con la colaboración de todos, desarrollando una visión conjunta y participando activamente y más allá del planteamiento político; podemos elaborar nuestro propio modelo exitoso de desarrollo sostenible: social y económico.
Caso contrario, nos hundiremos en la crisis más grande de nuestra Historia.
No importa los buenos deseos ni las buenas intenciones que se tengan. El período 2009-2014 será el período más difícil que tocará gobernar, cuando empiecen a exigirse las acciones paliativas acumuladas de períodos anteriores, aúnadas a condiciones internacionales sumamente críticas que nos golpearán inexorablemente.
Definitivamente se necesita unidad y acercamiento de todos los sectores, pero tiene que empezarse con la unidad del presidente electo y de su partido, a la hora de escoger funcionarios y a la hora de implementar el programa de Gobierno que sirvió de plataforma electoral. El acercamiento con otros sectores es necesario, pero tan sólo tendrá viabilidad, con una unidad interna.
La Química nos enseña que el átomo es estable y los electrones se mueven en una unidad granítica sólo cuando el núcleo se encuentra unido. Si se desestabiliza el núcleo, el átomo se desintegra.
Mucho se decía durante la campaña electoral que la izquierda no disponía de personas capaces para gobernar. Pero lo dicho carecía totalmente de significado. Cuando se hacían encuestas sectoriales los resultados indicaban que el Frente tenía más identificación con los sectores universitarios y profesionales y Arena, con los sectores de educación primaria y sin educación. Hay suficientes ciudadanos, altamente capaces y honestos, con disposición a formar parte del Gobierno. Para ello es conveniente puntualizar 7 conceptos:
1. Llenarse de amigos y compadres políticos, sin atender una notable capacidad y una inclaudicable honradez complementarias, es un suicidio político.
2. Hay que diferenciar a los amigos de toda la vida; los amigos antes de las elecciones y los amigos después de triunfar en las elecciones. Estos últimos se pueden contar por cientos de miles; quizás, millones.
3. Hay puestos específicos donde se necesita más lealtad y confianza plena que otros. Hay que identificarlos.
4. El ansia desmedida de tener y poder, menospreciando la normal competencia y arrastrando los derechos, sentimientos y hasta esperanzas de miembros, amigos y simpatizantes capaces, en una competencia desleal entre iguales, provoca la división y hunde a los gobiernos. Hay suficientes puestos políticos, para poder repartir entre los honestos y capaces.
5. Se puede vivir de promesas, siempre y cuando persista la esperanza.
Combinando ambas, no existen las promesas incumplidas sino que promesas pendientes de cumplir. Cuando la esperanza se pierde; la oferta se disipa y el triunfo se acaba. El fracaso acompañando a la derrota aparece…
6. Tenemos que ser estadistas, no simplemente políticos. Como dijo Freeman Clark: “ Un político sólo piensa en las próximas elecciones; un estadista, en la próxima generación”.
El cambio es un proceso; no un evento puntual.
7. El mismo proceso de cambio indica la inconveniencia de revalidar funcionarios de la actual administración o de insistir en funcionarios de dudoso pasado o de historia política problemática. Por otro lado, sin entrar en una cacería de brujas, es necesario que la cuchilla de corte de funcionarios se profundice aún más, llevándose no sólo a las cabezas, sino también a funcionarios intermedios fácilmente identificables, que fueron los brazos derechos de los funcionarios de mayor nivel y muchas veces los actores de las irregularidades e ilegalidades.
8. Esto no es un acto de venganza o de falta de pluralidad política. Es un hecho claro de legítima defensa. Es difícil calcular cuánto daño puede hacer, un funcionario históricamente comprometido con el mal.
El FMLN y Mauricio Funes tienen la capacidad de gobernar. Hoy tienen a su vez, la oportunidad. Pero para ello necesitan unirse, administrando sus diferencias.
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