MARTES, 22 MARZO 2011
Kamilo Escalante (*)
SAN SALVADOR - Sobre esto hay mucho que decir, pero no vamos a redundar en lo que con mejor agudeza ya han señalado otros. Sólo permitámonos traer a colación la lucidez de Atilio Borón, que en su más reciente artículo señala las intenciones de fondo de Obama: Lo que "le interesa en su calidad de administrador del imperio es avanzar en el control de la Amazonía. Requisito principal de este proyecto es entorpecer, ya que no puede detener, la creciente coordinación e integración política y económica en curso en la región y que tan importante han sido para hacer naufragar el ALCA en 2005 y frustrar la conspiración secesionista y golpista en Bolivia (2008) y Ecuador (2010). También debe tratar de sembrar la discordia entre los gobiernos más radicales de la región (Cuba, Venezuela, Bolivia y Ecuador) y los gobiernos "progresistas" –principalmente Brasil, Argentina y Uruguay- que pugnan por encontrar un espacio, cada vez más acotado y problemático, entre la capitulación a los dictados del imperio y los ideales emancipadores, hoy encarnados en los países del ALBA, que hace doscientos años inspiraron las luchas por la independencia de nuestros países."
Aquí se nos hace presente la ineludible pregunta: ¿Qué papel juega el Gobierno de El Salvador en el juego del ajedrez geopolítico que EEUU está fraguando para América Latina? ¿Cuáles es la posición del Presidente Mauricio Funes al respecto? Son las diversas gestiones de la administración Funes porque se readmita al golpista y asesino Gobierno de Honduras en la OEA un botón de muestra para responder las preguntas que nos surgen.
¿Y el FMLN que posicionamiento tiene es toda esta escena? Las respuestas las podemos deducir del reciente comunicado que la Comisión Política de dicho partido expresó este 21 de marzo, sobre todo en su numeral 5 que dice exactamente así: "Reconocemos que su Gobierno está situando a América Latina en un nivel más alto de prioridad en la política exterior de su país, le deseamos éxitos y le expresamos nuestro deseo de que se desmonten los factores que tensionan las relaciones de su Gobierno con nuestros pueblos." Sin lugar a dudas debemos sentirnos felices por estas en la mira de las prioridades del Imperio. En el comunicado apenas se dice tímidamente "nos sumamos a la petición de indulto y liberación de los cinco presos cubanos". Y de la agresión contra Libia, ni hablar. Y de la complicidad de EEUU con la agresión de Israel hacia el pueblo palestino, tierra de los antepasados de uno de los máximos íconos del FMLN, no es punto de honor al parecer. Sin embargo, aunque el comunicado lo exprese y hable en nombre de la militancia, no hay que confundir a ésta con su Comisión Política, tal cual el mismo comunicado afortunadamente lo diferencia. Así lo hemos visto esta mañana en las calles de San Salvador en la jornada de protesta contra la visita de Barack Obama, al percatarnos de la presencia de algunos distintivos y pancartas en la que se veía la bandera o siglas del FMLN.
Volviendo al asunto del papel que juega el Gobierno de la República; ¿Tenemos que permitir ser extorsionados bajo la amenaza de la estabilidad de los más de 2 millones de nuestros compatriotas radicados en EEUU? ¿Vale la pena que a cambio de obtener una solución definitiva para los 220,000 salvadoreños beneficiados con el Estatus de Protección Temporal (TPS) nos prestemos a ser las correas de transmisión de la política norteamericana en contra de la lucha latinoamericana por autodeterminarse soberanamente, hacerse respetar y abrir la posibilidad para un futuro esperanzador? Aquí quedan las preguntas planteadas y cada uno de nosotros y nosotras, las organizaciones sociales, el movimiento popular, la izquierda partidaria y no partidaria, la izquierda co-gobernante y no gobernante debemos preguntarnos qué papel queremos jugar y qué papel queremos que juegue nuestro Gobierno, al cual hicimos llegar a esa función hace 2 años. ¿Le hemos dado un cheque en blanco al Sr. Funes Cartagena?
¿Tiene la autorización del pueblo el Gobierno del Sr. Funes para hacer afirmaciones en nombre de El Salvador sobre la situación de Libia? Tal como lo hace a través de Cancillería al expresar: "Que la ausencia de diálogo, la represión y la falta de garantías a la población civil motivaron la resolución 1973 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas". Quizás el Sr. Funes amerita que le desautoricemos por tal abuso. ¿Nos está permitido a nosotros como salvadoreños a cambio de obtener un TPS para nuestros compatriotas a ser complacientes y justificar la agresión contra civiles en Libia por parte de EEUU? Sin lugar a dudas no.
Y en nuestro país, ¿cuál es la motivación de la visita de tan célebre y mundial personaje? ¿La lucha contra el narcotráfico? Digámoslo sin ambages, sin rodeos, si las intenciones de erradicar el narcotráfico son verdaderas, ni EEUU ni El Salvador necesitan como medida fundamental asignar millones de dólares al combate del narcotráfico; la solución para ir a la raíz del problema es lograr que la sociedad norteamericana deje de tragarse anualmente casi 200 toneladas métricas de cocaína, $35.000 millones, es decir alrededor del 40% de la cocaína producida en algunos países del sur, sobre todo procedente de Colombia, según análisis forenses de la cocaína incautada en territorio estadounidense, como lo señala el Informe Mundial Sobre las Drogas 2010 de la Oficina contra la Droga y el Delito de Naciones Unidas. EEUU y Europa, pricipalmente Inglaterra, España, Italia, Alemania y Francia, consumen en conjunto más del 70% de la cocaína que producen los narcoestados, protegidos de EEUU. Hay que agregar que para tener disponibles en sus calles, bares y hogares 320 toneladas métricas de cocaína, fue necesario despachar y hacer transitar por otros países sobre todo de Centro América más de 520 toneladas métricas de dicha droga, de la cual una parte se queda en el camino en los mercados locales o incautaciones. Mientras los norteamericanos (y europeos) sigan consumiendo la cocaína producida en el sur serán ellos quienes sigan patrocinando los 12 asesinatos diarios de El Salvador y los de cada país de la región.
No vamos a meternos acá a dar datos, además, de las relaciones que la CIA mantiene con el trafico de drogas como principal fuente de financiamiento de muchas operaciones de desestabilización y terrorismo, ahora y de antaño, tal cual lo hizo el negocio de la heroína organizado por las mafias francesas e italianas con los buenos oficios de la CIA. Hay autores que señalan eso con abundancia de datos. Ni tampoco nos vamos a meter a reflexionar lo que esa droga provoca en las mentalidades de millones de jóvenes y en la sociedad norteamericana en general que se resiste a levantarse en contra de todas las medidas económicas y políticas que su propio Gobierno le impone, a costa de algún "bienestar" le quita su libertad y le ofrece un remedo de democracia. Y para evitar que la olla de presión explote le ofrece alguna que otra válvula.
Basta esto para convencernos que no somos nosotros, los salvadoreños los que necesitamos algunos millones de dólares en ayuda militar para erradicar el flagelo del narcotráfico, sino la sociedad norteamericana la que necesita mucho más para pararlo.
Ahora bien, porque insiste la administración Obama en el asunto, si no desconocen el origen radical del problema, por tanto, tampoco desconocen la solución radical del mismo, pues el problema de la droga es un asunto más doméstico para EEUU que para la región. De nuevo, dejemos a un lado las ambigüedades, no es ayuda para combatir el narcotráfico, no es ese el propósito fundamental. Digámoslo, es ayuda militar, y no para una estrategia militar salvadoreña, pues nosotros no estamos en guerra. Es parte del ajedrez que en el hemisferio organiza EEUU. Hay que verlo en el marco de la intervención que el Imperio sigue desarrollando para recuperar el terreno perdido y mantener el que aún controla. Es parte de los mismos planes de intervención militar en Costa Rica, en Colombia, en Honduras. Es la Amazonía y sus riquezas, el petróleo de Venezuela y Brasil, el mercado latinoamericano, y cualquier riqueza de América Latina la que está en discusión. El Gobierno de EEUU está muy lejos de cambiar de actitud frente al resto del mundo, sobre todo los países que han sido parte de su dominio en el último siglo y que ahora empiezan a levantar la cabeza y mirar a otros horizontes. ¿Representa Mr. Obama a ese Imperio?
(*) Filósofo y colaborador de ContraPunto
miércoles, 23 de marzo de 2011
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