En portada- Ellacuría, crimen sin castigo

En portada: “Han pasado casi 20 años, pero el asesinato del jesuita Ignacio Ellacuría y otras siete personas, uno de los episodios más terribles de la cruenta guerra civil en El Salvador, sigue impune.”

Vea el reportaje de rtve.es Corporación Radio Televisión Española. 

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NO A LA IMPUNIDAD PARA CONSTRUIR UNA NUEVA PATRIA

Carlos Restrepo para AMpro.

La hora cero se acerca en El Salvador. El FMLN está a pocos días de tomar el poder, pero la derecha salvadoreña acostumbrada desde hace 500 años a tantos privilegios y la total impunidad por sus fechorías, trata por todos los medios de desarticular la institucionalidad del país.

Esto, según ellos, hará ingobernable al país y desgastará políticamente al FMLN. Quien tenga dudas de lo que es capaz la derecha en Centro América, que vuelva la vista hacia Guatemala, en donde se acaba de cometer el horrendo crimen del abogado Rodrigo Rosenberg, y que ahora sirve para desestabilizar al gobierno progresista de  Álvaro Colom. Este crimen, todo parece apuntar, fue planeado desde la derecha guatemalteca, de sectores de la sociedad ligados al narcotráfico y de militares corruptos, actores sociales en los  que muchas veces sus objetivos coinciden plenamente. 

Por eso el nuevo gobierno en El Salvador, debe llevar a grado cero la impunidad de que han gozado los anteriores gobernantes y todos los que han participado de esos gobiernos.  De lo contrario, en la sombra seguirán conspirando.

Debe esclarecerse el crimen de los jesuitas, y se debe colaborar con la justicia internacional. Los crímenes de guerra y los de lesa humanidad no prescriben. El pueblo tiene que saber que pasó con el abono, donado por Japón, que desapareció.  Quién es el responsable del atentado de que fue víctima el periodista que investigó ese hecho. De dónde provenía el dinero que el señor Francisco Flores llevaba en sus maletas hacia Estados Unidos. Con que dinero fue pagado el viaje de vacaciones del señor Antonio Saca, por qué tanta torpeza y negligencia en la investigación del crimen de Catya Miranda, hecho éste, ocurrido en el entorno cercano del Presidente Calderón Sol. Deben esclarecerse todos, todos los crímenes, robos y corrupción que el país ha padecido. 

Y esto no debe preocupar a ninguna persona sospechosa de tales hechos, puesto que una investigación justa y transparente, puede servir para limpiar de toda mancha a su persona.

Pero, para quienes resulten responsables, que justicia sea hecha. Decir no a la impunidad no significa venganza, ni abrir heridas, sino estar al servicio de la justicia y respetar los nobles deseos de un pueblo sufrido.

En portada- Ellacuría, crimen sin castigo

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